domingo, 17 de junio de 2012

Memoria explicativa para Pintura III; Segunda obra (parte1)

En este trabajo, al tener la opción de que fuera totalmente libre, quise realizar una obra sobre una persona en particular (poeta), lo cual la cargaría de significado y simbolismo.
La idea se trataba de un retrato pero no en el sentido convencional y tradicional; la figura de la persona estaría presente sin duda pero quería aportar datos que no resultasen evidentes. Desde un principio tuve claro que la presencia de las hojas con sus poemas asi que comencé con los bocetos y las posibles composiciones.




 De las tres posibles opciones, me decanté por la última, con una composición triangular y cumpliendo con la ley de los tercios. La posición de la figura con la cabeza hacia abajo dirige hacia las hojas que tiene bajo sus pies, tanto la cabeza como la posición de brazos y piernas cierran la composición, siendo concisa y clara.



Para este segundo proyecto quería trabajar en un formato mayor, asi que la elección fue tabla con bastidor de 60 figuras. La imprimación para la madera como base, ya llevaba pigmento verde como fondo uniforme sobre el que comenzar a trabajar.
Dividí el formato cumpliendo con las medidas y la composición previa para guiarme en el encuadre del dibujo. Una vez planteadas todas las líneas como guías, comencé a dar las primeras manchas de color para ir delimitando las zonas. La pintura sería acrílico y colores puros, con meras mezclas para algunas zonas.




Con las machas de color en la figura, empecé a trabajar el fondo. La riqueza principal de la obra quería que residiera en la potencia de color, espesor de la pintura, los trazos del pincel y arrastres con la espátula. Como he mencionado antes los colores eran puros con lo cual los "pegotes" de pintura eran más fácil de aplicar y los chorreones aparecían expontáneamente.
El hecho de que el fondo surgiera de esta manera, tiene influencia en el significado de la obra. Los colores variados y la explosión de formas venían a representar la inspiración del propio artista en su creación.








Al ir haciendo el fondo también repasé algunos detalles dentro de la figura, como es el caso del pelo, por ejemplo. Ya construido el fondo, cogí los poemas que fueron impresos en hoja de folio normal. Con cola blanca rebajada con agua, fui pegando las hojas según la colocación prevista anteriormente, quedando totalmente adheridos a la tabla pero con una cierta rugosidad que mejoraba este detalle de texturas.



Continué dandole a las hojas más capas de cola, pero esta vez con pequeños granos de café que disueltos daban un color particular y algo antiguo que mejoraba notablemente el aspecto de las hojas.


Una vez secas las hojas, fui delimitando cada hoja y la propia figura con un tono violeta a la par de las sombras en el fondo inferior y en los propios poemas en manchas desenfocadas para crear mayor profundidad.




Durante este proceso de acabado final, volví a pintar sobre la figura las arrugas de la ropa y revisando los juegos de luces y sombras. Era fascinante ver las fuerza que tomaba la obra en el momento en que las hojas fueron terminadas y el degradado del fondo resultó dar una combinación de equilibrio y unión propio de una obra compleja y bien estructurada desde su comienzo. Este fue el resultado final:


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