jueves, 31 de mayo de 2012

Memoria explicativa para Pintura III; Primera obra (parte1)


Dando paso a las dos obras definitivas, comenzaré analizando los pasos y el estudio realizado para el primer cuadro.
El cuadro sería realizado en tabla con bastidor de 100x81 cm imprimado y la técnica pictórica sería el óleo.


Este tenía que estar basado en alguno de los modelos de clase, no hubo problema al elegir la pose, ya que me había centrado en el estudio del chico sentado en un aspecto pensativo.
Siguiendo este simbolismo, me resultaba interesante la idea de crear diferentes atmósferas, la figura masculina reflexiva y melancólica ante la huida de alguien querido.
Con este planteamiento comencé a investigar las posibles composiciones y como sacarle más partido a la carga simbólica de la obra. La decisión fue clara, la “historia” se vería en tres niveles diferentes; en primer lugar todo sucedería dentro de un encuadre circular en forma de ramas y hojas que cerrarían la composición interna. En segundo nivel, la figura masculina aparece en la izquierda y por último en un tercer nivel, la cueva con una silueta humana perdiéndose a lo lejos.

 
Estos tres niveles de profundidad en la obra están relacionados y organizados entre sí cumpliendo con la ley compositiva de los tercios.
A nivel de ritmos y direcciones, la composición está totalmente estructurada y estudiada. El primer encuadre circular ya ayuda a que el espectador recorra con la vista todo lo representado en su interior, llevándote al chico que con su posición, dirección de la pierna y curvatura de la cadera, te sube por el camino hasta la silueta que desemboca en las grietas de la cueva, las cuales te dirigen a las ramas ovaladas del principio.






Comenzando con el estudio de la luz y las sombras, se detecta rápidamente que el foco de atención luminosa se encuentra en la cueva y esto repercute en la anatomía del hombre, dejando a su espalda un ambiente más lúgubre y siniestro. Es importante destacar como el estudio de la luz en esta obra carga aun más el significado viviente en ella.
A partir de aquí el estudio se la obra se centraría en el color y la pincelada. Me interesaba darle algunos rasgos impresionistas, ya que la potencia de colores varios en distintas pinceladas me resultaban enriquecedores para la obra.






Tengo que mencionar un contratiempo ocurrido en este paso. A pesar de meter diferentes tonalidades, a la vista el cuadro me resultaba demasiado pobre. Es cierto que personalmente me gusta jugar con contrastes para darle fuerza a las obras, pero este no debía ser el caso. Delimité ambas figuras humanas con una amplia pincelada del color complementario del fondo, en estos casos fueron rojo y naranja. Obviamente quedó totalmente desencajado de la idea e intención primaria. Decidí eliminarlo de inmediato. La solución fue fácil y con un resultado sorprendente. Con un pincel ancho bien húmedo desenfoqué esas líneas tan marcadas, para mi sorpresa obtuve el resultado deseado; los colores se fundieron a forma de veladuras dando la armonía y vitalidad cromática que extrañaba.


 


Actualmente le queda dar los últimos retoques y detalles más cuidadosos. El próximo día subiré una entrada con el acabado final de la obra. Espero que sea de vuestro agrado.






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